domingo, 17 de marzo de 2013

Capítulo 23-Fiesta

23.11.13 / 20:37

NARRA VIRGINIA:

Desde el domingo pasado había estado hablando casi todos los días con Zayn, de echo parecía que había algo entre nosotros, algo que yo intentaba ocultar.

Justo cuando salía de la ducha, Zayn me llamó.
-¿Virginia?
-Sí, dime.
-Nos han invitado a los chicos y a mi a una fiesta. ¿Te vienes?
-Por mí sí. ¿Aviso a las demás?
-Los chicos ya las están llamando-dije, y yo comprobé que Marina y Belén estaban al teléfono también.-¿Entonces te vienes?
-Espera-mire a las chicas y asintieron con la cabeza.-Vale, vamos.
-Genial, os recogemos en media hora.

Me cogí una camiseta y una falda y la combiné con unos tacones negros que me había comprado y una chaqueta negra. Iba bastante apañada.

Marina optó por un vestido precioso azul y rosa y se recogió el pelo en una trenza. Belén también se puso un vestido y un abrigo de pelo negro, y se puso un moño con unas diademas.

Miriam vino sola, ya que María estaba con gripe y no tenía fuerzas para venir.
-¿Y Sandra?
-Desde que se enfadó con Austin esta insociable-dijo Miriam.
-Ah, guay. Zayn me acaba de mandar mensaje para que bajemos, vamos.

Las cuatro chicas bajamos por el ascensor, listas para pasarnoslo bien.

NARRA SANDRA:

No me apetecía quitarme mi pijama rosita para ponerme algo de fiesta, y menos para ir a una fiesta de esos chicos pijos que tienen todo el dinero del mundo.

Me recogí el pelo en una coleta y alcancé mi móvil, justo cuando llamaron a la puerta.
-Abre tú-dijo Miriam, que se estaba dando los últimos arreglos.

María estaba en la cama, con un tazón de leche caliente, por lo que noté que las palabras de Miri iban para mí.
-Voy-grité antes de abrir la puerta.-Tú-dije al ver al visitante.
-Si, yo. No te alegras de verme?
-No se, te alegras tu de verme Austin?-dije antes de cerrar la puerta, creando una barrera entre él y yo.

Me senté en la cama mientras Austin seguía llamando a la puerta. María me miró interrogante pero yo no le hice caso.

Miriam, en cambio, si hizo caso a los sonoros golpes de Austin y salió del baño a abrirle la puerta.
-Austin, pasa. Te dejo con Sandra, que yo ya me voy.

Miriam se fue, y Austin entró en la habitación. Se hizo un hueco en la cama y se sentó a mi lado.
-No debería estar yo enfadado?
-Por qué?
-No se, me rechazaste.
-Y tu te fuiste corriendo, quedé fatal delante de todo el centro comercial-dije levantando el tono de voz.
-Bueno, pero yo no te rechacé.

Un silencio reinó en la habitación, que solo fue interrumpido cuando María empezó a toser.
-María, te llevo a enfermería?
-Sí, me siento fatal-dijo con la voz ronca.

Levanté a María de la cama y dejé que me rodeara el cuello con las manos. Miré a Austin, que jugaba entretenido con una revista.
-Nos ayudas?

Él se levantó de la cama y paso el otro brazo de María por su cuello.
-Venga, vamos.

Recorrimos todo el pasillo hasta llegar a la enfermería y dejar a María en la camilla. La enfermera nos dedicó una sonrisa y nos sacó de la habitación.
-Aquí estará bien-dijo ella.

Austin me acompañó hasta la habitación, a pesar de que le dije que se fuera.
-Me dejas entrar?-dijo él poniendo un pie en la puerta para que no se cerrase.
-Venga, pasa-dije entre suspiros.-Estoy harta de esta situación. Nos perdonamos y ya está?
-Totalmente de acuerdo-dijo con una sonrisa.

Austin abrió los brazos y yo me lancé a él. Estábamos tan bien, que casi no oí el sonido de la puerta abriéndose.
-Interrumpo algo?

Liam, que inoportuno era.
-No, que quieres?-no me caía demasiado bien.
-Qué tal está María?
-Estaba peor y la hemos llevado a enfermería.
-Vale, gracias-por el tono de su voz entendí que a él tampoco le caía yo muy bien.

Liam salió de la puerta y nos quedamos otra vez solos.
-Bueno San, me voy ya.
-Por qué?
-He quedado para jugar al basquet con los chicos.
-Esta bien, ve. Me alegro de que ya estemos bien.
-Y yo.

Me volvió a dar un abrazo y se marchó.

-------En la fiesta-------

NARRA MARINA:

Estábamos en casa de un amigo de los chicos, rodeados de adolescentes borrachos.

Las chicas bailaban en el centro del salón al ritmo de la música, que sonaba muy alta. Yo estaba en el sofá, con una copa en la mano y un dolor de cabeza terrible.
-Te pasa algo?-pude oír a Harry.

Me giré y pude comprobar que, en efecto, era él. Me levanté del sofá y me hubiera tropezado sino hubiera estado Harry para cogerme.
-Ee, ten cuidado borracha.
-No estoy tan borracha Harry.
-No que va. Quieres bailar?
-Me parece que no, tengo un dolor de cabeza.
-Salimos a fuera entonces?
-Claro.

Una piscina enorme nos esperaba en el jardín, solo para nosotros. Harry me miró un segundo y supe lo que se proponía.
-No, Harry, ni se te ocurra.
-Si no quieres, no te tiro. Pero quiero que sepas que es agua caliente y que ya se nadar muy bien.

Una risita se me escapó y miré el agua. Si que estaba apetecible.
-Espera, tu amigo tiene alguna hermana?
-Sí, una, de 17.
-Perfecto, ahora vuelvo.

Subí las escaleras y abrí una puerta que tenía una incripción: Charlotte. Era una habitación de chica, hecha toda de cosas rosas. Abrí un cajón en el que ponía 'bikinis' y me puse uno que encontré. También cogí dos toallas del baño y me puse una por los hombros.

Bajé las escaleras y volví con Harry a la piscina.
-Me has traído bañador?
-Uy, no, se me ha olvidado. Quieres que vaya a por uno?
-No, déjalo. Nos bañamos?

Yo me quité la toalla y me tiré de cabeza al agua. Harry se quitó la camisa y los pantalones y se metió conmigo.

Él se sentó en una escalera y yo me puse encima suyo.
-Aún no me has dado un beso de buenas noches-dijo Harry.
-Toma tu beso-dije besándole.
-Eres preciosa.
-Tu eres precioso. Te quiero.

De pronto Louis y Belén vinieron por la puerta. Ellos también habían tenido la idea de coger un bikini y un bañador de su amigo y su hermana.

NARRA BELÉN:

-Venga, ya habéis estado un ratito. Ahora iros de aquí ya- dijo Louis.
-De eso nada, nos quedamos aquí. Si queréis podéis uniros a nosotros.
-Hacernos un hueco-dijo Louis antes de saltar al agua.

Louis y yo ya habíamos tenido la charla del hijo, y estaba muy feliz. Me dijo que lo cuidaría y que daría lo que fuera por hacerle feliz. Sería un gran padre.

Yo miré a Louis y él comprendió lo que me pasaba.
-Oh, vaya se me había olvidado.

Louis me cogió de la mano y me llevó cuidadosamente por las escaleras.
-Qué pasa Belén?-dijo Harry.
-Cosas de mujeres-dijo Marina.
-No Harry, estoy embarazada.

Harry soltó a Marina y se acercó a mi.
-Osea, que hay ahí dentro un mini Louis-dijo señalando mi tripa.

Marina le dio un codazo, pero yo me reí.
-Exactamente. O puede que un mini desconocido-dije riendo.

Louis me miró interrogante y se alejó. Yo le cogí del brazo y le abracé.
-Es broma. Te quiero mucho.
-Yo también te quiero.

Nos dimos un beso y salimos de la piscina.
-Bueno, nosotros nos vamos tortolitos. Os dejamos la piscina, no os quejéis.

domingo, 10 de marzo de 2013

Capítulo 22 - 17.11.13

NARRA VIRGINIA:

Tenía que hablar urgentemente con Zayn. Lo extrañaba muchísimo, ya que llevábamos mucho sin hablar. Cogí lo primero que encontré y me fui a hablar con él.

Anduve unos pasillos y llamé a la puerta.
-¡Pasa!
-Liam, ¿sabes dónde está Zayn?
-Me parece que ha salido a comprar, pero luego se iba a su casa, osea que ve allí.
-Vale, gracias-dije sonriendo.
-¿Necesitas que te lleve?
-No hace falta, me cojo un taxi.
-No tengo nada mejor que hacer, estoy leyendo-dijo enseñándome la portada del libro.
-Bueno, pues vamos.

(...)

-¿Seguro que no quieres que me espere contigo?
-No, cuando venga prefiero estar a solas con él.
-Ah, ¿entonces molesto?
-Un poquito solo-dije sonriendo.
-Bueno, pásalo bien. Adiós-dijo dándome un abrazo.

Me senté en el porche y empezó a nevar. Unos minutos después vino Zayn.
-¿Virginia? ¡Pero que haces ahí fuera! ¡Está nevando!

Yo cogí mi bolso y me metí en su casa. Él me echó un abrigo sobre los hombros y me senté en el sofá.
-¿Qué hacías ahí fuera?
-Necesitaba hablar contigo.
-Pues cuenta, ¿qué pasa?
-No, nada en especial, solo quería oír tu voz.
-No hacía falta que te cruzaras medio Londres para oír mi voz, podías llamarme.
-No, no es lo mismo.

Zayn se sentó a mi lado y me pasó el brazo por los hombros.
-¿Has entrado ya en calor?
-Sí, aunque un chocolate caliente me vendría bien.
-Te vendría mejor un super abrazo de los míos, ¿no crees?
-Me quedo con el chocolate, gracias-dije riendo.

Él se echó encima mío y me abrazó. Después me dio un beso en la frente y volvió a su posición inicial.
-¿Qué? ¿Mejor no?
-Sí, ha sido un buen abrazo.
-¿Y te apetece hacer algo hoy?
-Solo dormir, hace mucho que no duermo bien.
-Pues súbete arriba, yo no tengo demasiado sueño, la verdad.
-Al menos acompáñame, ya no me acuerdo de como es tu casa.

Subimos las escaleras y llegamos a su habitación. Dejé el abrigo y las botas en un rincón y me tumbé sobre la cama.

Zayn me dio un besó en la mejilla e hizo el amago de irse, pero yo le detuve.
-Te puedes quedar aquí. Túmbate si quieres.
-Ya te he dicho que no tengo sueño. ¿Quiéres una manta?
-Sí, por favor.

Él bajó las escaleras y las volvió a subir con la manta encima. La desdobló y la extendió sobre mi cuerpo.
-Vente- dije señalando un espacio al lado mío.- No va a pasar nada.

Y no pasó nada, solo un juego de caricias y abrazos cariñosos, que dieron lugar a un beso insesperado.

NARRA SANDRA:

Tenía que reconocer que lo de ayer fue bastante raro, pero es que desde entonces, cada vez tenía más ganas de ir a hablar con él. Le llamé:
-¿Austin?
-Hola Sandra. Aún sigues enfadada por lo del beso?
-No, tampoco fue para tanto-mentí.
-Te encanto y lo sabes.
-Bueno, ¿te apetece quedar hoy?
-Sí, claro. ¿En dónde?
-¿Te apetece ir a un centro comercial? Tengo que comprar ropa.
-No me apetece nada, pero bueno, para que me perdones... ¿A qué hora?
-¿Te apetece ahora?
-Está lloviendo, pero vale. Hasta ahora.
-Adiós.

Me vestí, estaba vez comprobando que no iba muy ligera de ropa. Cogí mi bolso y mi móvil justo cuando llamaron a la puerta.
-Uy, que guapa te has puesto para verme.
-No para verte a ti, para ver a los chicos del centro comercial.
-Claro, claro.
-Anda vamos.

(...)

----En una cafeteria----

-Bueno, al final has comprado bastantes cosas.
-Sí, he gastado todos mis ahorros.
-No me extraña. ¿Cuántas bolsas tienes? ¿7?
-Solo cinco, no exageres.
-Cuidado, dos menos.
-Pues sí, dos menos.

Un silencio reinó en la mesa y yo me bebí mi café.
-Por cierto, ¿que sentiste ayer?
-¿Ayer? ¿Cuándo?
-Cuando te besé.
-Ah, eso-hice una pausa y volví a hablar.- Pues me gustó, bastante.
-¿Por qué no lo intentamos?
-¿Cómo novios?
-Austin-dije cogiéndole la mano- solo fue un beso. Nada más. No me gusta ir tan rápido, entiéndelo.
-Pero si acabas de decir que te había gustado.
-Pero es que solo fue un beso. Estamos tan bien así que no quiero estropearlo.

Él dio un golpe en la mesa y se marchó. Yo intenté retenerle, pero sus fuerzas doblaban a las mías.
-¡Austin! ¡Vuelve!

Cogí mis cosas y corrí tras él.

NARRA MARINA:

Tenía ganas de hablar con Harry de la boda, muchas, así que quedamos para vernos en su casa. Me vestí y cogí un paraguas. Bajé al piso de abajo y llamé a un taxi.

(...)

-Ding, dong- sonó el timbre
-Pasa-dijo Harry abriendo la puerta.

Yo le di un beso y él me abrazo.
-Ven, siéntate.

Harry cogió el ordenador y se sentó en el sofá. Yo me senté a su lado y pasó el brazo por mis hombros.
-¿A dónde te gustaría ir de luna de miel?
-A un lugar romántico.
-¿Te apetece París?
-Es demasiado común. ¿Oslo?
-No, ya fui una vez y no me gustó.
-¿Nueva York?
-Demasiado ruido.

Estuvimos un buen rato diciendo ciudades, pero ninguna parecía de nuestro agrado.
-Espera, tengo una idea.

Harry se levantó y se fue a la cocina. Cuando volvió tenía en la mano un folleto. En la portada pude ver una isla preciosa rodeada de un mar turquesa.
-Bora Bora- dijo sentándose de nuevo.
-Perfecto.

Él me besó y me revolvió el pelo.
-Harry, ¿no te parece que somos muy jóvenes?
-¿Tantas dudas tienes de nuestro matrimonio?
-No, no es eso...Es que tenemos 18 y 19.
-Bueno, pero nos queremos, eso es lo único importante.

Harry me volvió a abrazar y yo me tumbé sobre su pecho.

NARRA BELÉN:

Ayer al final no pude quedar con Louis porque me encontraba fatal. Hoy tenía que ir al médico, y Miriam decidió acompañarme.

Cogimos un taxi y en una media hora llegamos al hospital. Preguntamos en recepción y fuimos a la habitación 5. Llamé y pasé.
-Buenos días Belén. Hoy era el día libre del doctor, así que estoy yo. Me llamo Charlotte. ¿Quién es tu amiga?
-Miriam-dijo ella estrechándole la mano.
-Bueno, ¿estás lista?
-Sí, creo.

Charlotte me señaló la camilla y yo me tumbé en ella. Me subió la camiseta y me echó una crema.
-Mira a la pantalla.

Y en la pantalla pude ver un cuerpecito difuminado. Creía que me desmayaba, pero Miriam me apretó de la mano a tiempo.
-Sí, estás embarazada.

A punto de desmayarme, recogí mis cosas y salí de la habitación con Miriam. Ella estaba tan sorprendida como yo.
-¿Qué vas a hacer?
-Hablar con Louis.
-¿Y luego?
-No lo sé-dije empezando a llorar.

Cuando salimos del hospital cientos de fotógrafos nos fotografiaron. Yo me puse el bolso en la cara y corrí al taxi, que nos estaba esperando.
-Arranca ya.
-¿Mal día ee?
-Malísimo-dije aliviada, ya que habíamos dejado atrás a los fotógrafos.

Hubo un instante de silencio y después Miriam empezó a hablar.
-No te preocupes por eso, Louis...
-Louis nada-dije cortándola.- No hablemos de esto más.

Sabía que en algún momento tendría que hablar con él, y tenía que reconocer que estaba asustada.